En un día como hoy 07 de Setiembre de 1980, un grupo de siete personas salimos de la República de El Salvador por motivos de los conflictos que aquejaban a nuestra nación, Dios nos trajo a este bello país de Costa Rica, donde es una nación en Centroamérica, ejemplo en el mundo por su sagrada democracia y refugio para miles de seres humanos que huyen de otras naciones por la injusticia social y otros motivos.

Siendo cristianos evangélicos y con principios cristianos muy fundamentales, y sin tener un lugar donde congregarnos y además de no conocer a nadie en este gran país, sentimos la necesidad de reunirnos, alquilando un lugar muy humilde que adquirimos por tres cientos colones mensuales, tanto que dejamos ese local aún antes de completar el mes porque no afinábamos con el credo de la dueña del local. Nos trasladamos a El Alto de Guadalupe, donde proseguimos reuniéndonos con otros hermanos que venían con nosotros desde nuestro país, hermano Manuel de J. Alfaro, su esposa, Lilian Cornejo, hermana Graciela y sus hijas, y otros se unían más a nuestra pequeña congregación que apenas eran siete personas, y más cristianos venían a unirse a nuestro grupo, como lo fueron, Roberto Cerpa, Alexander Calderón, Luis Ramos, Alexis Rodríguez. Estos hermanos están todavía con nosotros. Después de un tiempo algunos se retiraron, personas que no estuvieron de acuerdo al compañerismo que iniciamos los cuales no se mencionan aquí, nos dejaron por discrepancias de pensamiento sobre el proyecto cristiano.

Vinieron problemas por causa del estatus migratorio por motivos legales y no queriendo violar las leyes del país, tuve que estar saliendo para ganar más tiempo en Costa Rica mensualmente, ya que las Naciones Unidas no aprobaba el estatus de refugio a mi favor, solo el de mi familia, pero yo soy del criterio que la familia no debe de separarse por ningún motivo pues tienen que permanecer unidos, y luchar por mantener la integridad, porque eso es la más alta responsabilidad y los valores familiares, porque donde hay unidad, hay comprensión, y donde hay comprensión hay respeto, y donde hay respeto hay amor, y donde hay amor hay paz, y donde hay paz, reinará el Espíritu Santo.

Quedó establecida la Asociación en el año l980, siendo publicada en La Gaceta y aprobada según el criterio del Ministerio dentro de las prescripciones que establece la ley No. 218 del 08 de Agosto de l939 (Ley de Asociaciones) y sus reformas, “Iglesia Evangélica Tabernáculo Eben-Ezer” de la siguiente manera: EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA Y EL MINISTERIO DE JUSTICIA Y GRACIA, RESUELVEN:

Autorizar el funcionamiento de la entidad denominada “Iglesia Evangélica Tabernáculo Eben-Ezer Obra de Restauración en Costa Rica”, con domicilio en la ciudad de San José, cuya representación legal con facultades de apoderado generalísimo sin límite de suma, es el Presidente y fundador, miembro honorable con los hermanos mencionados en esta historia.

Pr. Mónico Antonio Pereira Cubías. DHC.